Conozca aquí los tipos inversionistas según su tolerancia al riesgo y los principales conceptos relacionados.
Son múltiples los factores que intervienen para conformar el perfil del inversionista y que determinan, a su vez, la clasificación o tipología de las inversiones. El por qué o para qué se invierte (las motivaciones), el tiempo de la inversión, el activo a ser utilizado o invertido, son algunos de los conceptos que interesa estudiar.
“Invertir tiempo y dinero” se ha convertido en una expresión de amplísima difusión en todas partes. El tiempo es uno de los activos más importantes en la vida en función del cual se toman decisiones y se generan ganancias o pérdidas. Y por eso es una inversión.
¿Qué es ser un inversionista?
Ser inversionista es tener la expectativa de beneficio o ganancia futura a partir del empleo o utilización de algún tipo de activo en particular.
Cualquier persona, natural o jurídica (empresa, institución, entidad, corporación, entre otras), tiene la posibilidad de obtener rentas, rendimientos, beneficios, dividendos, etc., derivados de su inversión.
El llamado retorno de la inversión (ganancia), tiene en el capital y el dinero la forma de medición más clara y expedita.
¿Qué se necesita para ser un inversionista?
La respuesta podría resultar compleja si se intenta abarcar la diversidad y complejidad de este tema en toda su extensión. Sin embargo, para simplificarlo, se pueden identificar tres requerimientos básicos del inversionista.
En primer lugar, lo que todo inversor o inversionista necesita es una motivación, por qué o para qué quiere invertir. Determinar cuál será el horizonte de su inversión. Es importante que la persona tenga claro el propósito que le mueve a utilizar sus activos en una u otra forma. Su expectativa de ganancia futura determinará el tipo de inversión a realizar.
No es lo mismo invertir desde ahora para el momento del retiro o jubilación, que hacerlo para obtener ganancias en el corto plazo. El tiempo, y los productos o modalidades de inversión, resultan ser en este caso factores que se diferencian enormemente.
Incluso, si sólo se considera el factor tiempo, es necesario saber cuáles son las prioridades a la hora de invertir. No es igual invertir en educación (beneficio a determinado plazo), que invertir a plazos fijos y porcentajes específicos de ganancias (bonos, letras del tesoro, etc).
En segundo lugar, todo inversor o inversionista requiere utilizar un activo (capital, dinero, patrimonio, por ejemplo) respecto del cual espera obtener ganancias en determinados plazos. Esto diferencia al inversionista del comerciante.
El primero utiliza estrategias de rentabilidad para maximizar sus ganancias en plazos previstos. El último, por el contrario, busca generar ganancias en muy corto plazo mediante la rutinaria e incesante actividad de compra-venta de bienes.
En tercer lugar, el inversor o inversionista necesita un instrumento o producto (financiero, formativo, transformador, etc) a través del cual se pueda materializar su inversión. Ese producto dependerá del área de inversión, del tiempo considerado, del tipo de inversionista y de las motivaciones para invertir.
El factor “riesgo” y las inversiones
Nadie está en capacidad de determinar con certeza qué le puede deparar el futuro. La incertidumbre es inherente a la dimensión temporal por venir. Por tanto, el riesgo es un factor que también caracteriza a toda inversión, dado que alrededor de ésta se generan expectativas futuras. Por esta razón, siempre es conveniente buscar consejos a la hora de invertir.
Quien invierte algo, o en algo, no puede determinar a priori si ganará o perderá con su inversión. El deseo es algo muy distinto a la realidad. En principio, la inversión implica entonces –y es en sí misma- un riesgo para el inversionista.
Por eso es importante poder determinar el nivel de riesgo presente en cada inversión y la relación que esto tiene con el perfil del inversionista.
En el mundo financiero, el riesgo es un factor determinante de la tipología o clasificación de las inversiones y los inversionistas. Al conocer cuáles son los niveles de tolerancia al riesgo en cada caso, se puede determinar consecuentemente cuáles son los perfiles de inversionistas. Dicho de otra forma, ello permitirá analizar y entender mejor cuáles son los tres tipos de inversionistas que la literatura especializada ha identificado tradicionalmente.
Consejos según el riesgo
Estudiar lo que es la tolerancia al riego ha llevado a los analistas financieros a determinar también con bastante precisión cuáles son los perfiles de riesgo y a determinar cómo se calcula la tolerancia al riesgo.
Esto tiene impacto real en la práctica. Con base en dichos perfiles y cálculos, es que se pueden determinar los diferentes perfiles.
Por ejemplo, si te preguntas qué es un inversionista arriesgado o uno moderado, necesariamente tendrás que revisar cuál es su tolerancia al riesgo.
Una vez que se determinen cuáles son los tipos de inversionistas según su tolerancia al riesgo se pueden generar consejos personalizados de inversión. Esto es, lo que permite establecer y analizar mejor aspectos relevantes, como los objetivos, los plazos y los productos más adecuados para cada inversión. Veamos.
¿Qué es la tolerancia al riesgo?
Es la capacidad que un inversionista tiene para advertir, aceptar y superar la posibilidad y la ocurrencia real de pérdidas en relación con su inversión. En otras palabras, se refiere a la disposición del inversor de mantener una inversión, frente a la posibilidad de enfrentar probables pérdidas. Implica, pues, la disponibilidad para aceptar o no que la inversión conlleva riesgos y que, por lo tanto, pudiera no tener el éxito preconcebido.
El éxito o el fracaso de una inversión concreta pueden estar atados al conocimiento bien informado sobre las implicaciones de la respectiva tolerancia al riesgo. Ignorar o conocer insuficientemente este aspecto central de toda inversión, puede eventualmente generar grandes pérdidas. Incluso acarrear la pérdida total de la inversión.
Lo que ningún inversionista debería entonces tolerar es el desconocimiento del riesgo que conlleva su inversión. Conocer su propio nivel de tolerancia al riesgo puede significar para el inversionista, la diferencia entre el éxito y el fracaso. Puede convertir así el riesgo en oportunidades, para obtener mejores ganancias futuras. Igualmente puede incurrir en pérdidas cuantiosas por falta de una evaluación adecuada.
¿Cuáles son los niveles de tolerancia al riesgo?
La tolerancia al riesgo conlleva el nivel de pérdida que el inversionista está dispuesto a asumir. Este nivel puede ser alto, medio y bajo. Ello está asociado, a la vez, al tiempo y a la tasa de retorno de la inversión.
Las inversiones de bajo riesgo, independientemente del tiempo de su duración, generan menores porcentajes de ganancias (retornos de inversión).
En el otro extremo, están las inversiones con alto riesgo que, por lo general, generan mayores tasas de ganancias en plazos menores.
En medio de estas corrientes, se encuentran además las inversiones que tienden a progresar en ganancias mientras mayor es su plazo de vigencia. Como también aquellas que aumentan su riesgo potencial mientras mayor es la ganancia potencial en el menor tiempo posible.
Esto hace que el inversionista tenga que plantearse una estrategia adecuada y equilibrada para su caso en particular. Debe combinar todos estos factores, con objetivos de inversión, portafolios, tiempo previsto, perfil del inversionista, y su aversión o preferencia por el riesgo.
Por ejemplo, en cuanto al horizonte temporal. A mayor tiempo disponible, mayor puede ser la tolerancia al riesgo. Necesitar 1.000 dólares dentro de 10 años no es igual a necesitarlos dentro de los próximos 15 días. En este último escenario la tolerancia al riesgo sería mucho menor. Casi no hay espacios para equivocaciones.
De igual modo, la edad también influye en el nivel de tolerancia al riesgo. El tiempo vital que cada individuo percibe que tiene por delante hará la diferencia. Los menos jóvenes mostrarán menos tolerancia al riesgo.
O en el caso de portafolios de inversiones, mientras más grandes y variados sean, mayor tolerancia al riesgo tendrá el inversor. Las pérdidas generalmente son menores en portafolios cuantiosos y diversificados, en comparación con los de baja cuantía y pocos o exclusivos rubros/productos.
¿Cuáles son los tipos de inversionistas según su tolerancia al riesgo?
El riesgo, como ya se indicó, determina la tipología de inversión y los tipos de inversionistas. Dependiendo del nivel de riesgo que puedan tolerar, los inversionistas se clasifican en tres categorías:
- Arriesgados (Aggressives, en inglés): aquellos con alta tolerancia al riesgo y que, por tanto, asumen altos niveles de riesgo en sus inversiones. Por lo general, son experimentados, financieramente estables y con portafolios de inversión cuantiosos y diversificados. Acostumbrados a las fluctuaciones del mercado, no muestran temor, ni incurren en decisiones guiadas por el pánico en momentos de crisis. Obtienen las mayores ganancias del mercado en alza, pero también asumen las mayores pérdidas cuando éste cae.
- Moderados: asumen sólo algunos riesgos y tienden frecuentemente a establecer límites o porcentajes moderados en el monto de pérdida predecible para sus inversiones. Mantienen un equilibrio entre el riesgo y la seguridad de las mismas.
- Conservadores: los de menor tolerancia al riesgo. Los que menos obtienen ganancias en el mercado, pero también quienes menos sufren pérdidas por causa de sus abruptas fluctuaciones. Privilegian en todo momento la seguridad financiera sobre el riesgo especulativo. La prioridad para ellos no es obtener ganancias a cualquier costo, sino preservar el capital evitando pérdidas que disminuyan su patrimonio.
¿Cómo se calcula la tolerancia al riesgo?
Determinar cuánto riesgo está dispuesto a asumir un inversionista en un momento dado puede hacerse respondiendo a un conjunto de preguntas elementales. Se trata de elaborar un perfil de riesgo en cada caso. Entre esas preguntas están las siguientes:
¿Cuál es el objetivo de la inversión?
¿Cuál es su horizonte temporal o el plazo en el que se desea obtener ganancias?
¿Edad, experiencia y conocimiento financiero del inversionista?
¿Cuáles son los activos y pasivos del inversionista: relación de ingresos y egresos en el corto, largo y mediano plazo?
¿Qué información o conocimientos se tienen con respecto a la inversión a realizar?
¿Cómo se siente el inversionista cuando escucha hablar de riesgo para su inversión?
¿Siente temor de perder todo su capital?
¿Siente emoción o pasión por la posibilidad de maximizar sus ganancias en el corto plazo, aunque ello signifique un revés financiero?
¿Cómo reaccionaría ante una pérdida inesperada de su inversión; existe algún precedente en ese sentido?.
Las anteriores son apenas una muestra del tipo de preguntas que el inversionista o sus asesores financieros deben formularse antes de invertir. Las respuestas deben necesariamente ser honestas y realistas, pues de ellas dependen el éxito o el fracaso de la inversión a realizar.
Cada inversionista reacciona diferente frente a situaciones de riesgo y maneja de manera individualizada su proyecto de inversión. Por ello es importante individualizar también el nivel de riesgo tolerable.
¿Cuáles son los perfiles de inversionista y cómo operan en la práctica?
Si te estás preguntando cuáles son los tres tipos de inversionistas, hay que aclarar que se refieren a los inversionistas que responden a los tres perfiles de riesgo que ya hemos señalado: agresivos, moderados y conservadores.
En la práctica, estos perfiles estructuran, determinan y guían las inversiones de acuerdo con los rasgos definitorios tanto de la inversión como del inversionista.
Así, por ejemplo, un inversionista con baja tolerancia al riesgo, con seguridad procurará invertir de la manera más conservadora posible. Sus preferencias en el mercado estarán orientadas hacia inversiones de menor riesgo, aún cuando las de mayor riesgo pudieran ofrecerle mayores ganancias.
El inversionista con un poco menos de aversión al riesgo y un apetito moderado por obtener ganancias balanceadas, por su parte, actuará de manera diferente. Su atención se centrará en las ganancias que le ofrezcan seguridad y al mismo tiempo una rentabilidad sustanciosa. Es el que más esfuerzo hace por maximizar sus ganancias al tiempo de minimizar los riesgos.
Y, por último, el inversionista arriesgado o agresivo. Siempre inclinado hacia las inversiones de alto riesgo con base en el conocimiento que tiene del mercado, buscará el más alto rendimiento en el menor tiempo posible. Normalmente a través de inversiones de renta variable y altos niveles de volatilidad.
Recomendación general
Finalmente, una recomendación general. La educación financiera debe primar en el contexto del diseño, planificación y ejecución de cualquier plan o proyecto de inversión. Es algo esencial. Antes de emprender acciones, el inversionista debe estar en capacidad de diferenciar conceptos básicos e identificar tendencias generales.
¿Qué es un inversionista arriesgado?, ¿Qué tipos de inversiones existen? o ¿cuáles son los tres tipos de inversionistas según su aversión o afición al riesgo? Estas, por ejemplo, son -entre muchas otras- el tipo de preguntas cuyas respuestas debes aprender a responder.
Del conocimiento sobre los tipos de inversionistas, de la información que debes tener y el riesgo que estés dispuesto a asumir para ser uno de ellos, forman parte de la primera fase del camino que debes recorrer para alcanzar la libertad financiera.