Asegurar nuestros bienes materiales es fundamental para evitar pérdidas de valor, por lo que la póliza de seguro flotante se ha vuelto cada vez más popular gracias a la globalización.
Las pérdidas o daños que pueden sufrir las mercancías al momento de un traslado, sea aéreo, terrestre o marítimo, son riesgos que en muchos casos asume el comprador. Es por este motivo que te conviene en todo momento contar con una póliza de seguro flotante, de manera que quede protegido el valor de tus pertenencias.
Los seguros se han vuelto indispensables en todo tipo de actividades y para diferentes bienes. Desde los seguros que velan por la salud de las personas hasta los que fungen de respaldo ante posibles pérdidas materiales. En este último caso existen distintos tipos de póliza que protegen los bienes materiales incluso desde antes de que una persona la adquiera.
En el mundo del comercio se ha vuelto sumamente común hacer pedidos entre ciudades, estados, países e incluso continentes. Todos podemos comprar casi cualquier cosa en cualquier lugar del mundo con tan solo un clic.
Esto ha hecho que el volumen de transporte de mercancía crezca a pasos agigantados en las últimas décadas. La probabilidad de daños en los envíos puede llegar a ser alta. Es por este motivo que existen algunas pólizas de seguros que protegen los bienes materiales. Tal es el caso del seguro flotante.
Sin importar si eres un comprador minorista o mayorista, los transportes de mercancía se hacen por medio de empresas. Las cuales en muchos casos no se hacen cargo de los daños o pérdidas que la carga puede sufrir en el proceso de entrega.
Es por esto que lo más recomendable en todo momento es contar con un seguro que brinde respaldo financiero por el valor de tus pertenencias en ese proceso de envío. Contar con una póliza puede salvar el valor de los objetos materiales que puedan perderse o dañarse en el trayecto.
¿Qué es una póliza de seguros flotante?
Un seguro flotante, también conocido como póliza abierta, es una póliza que garantiza y protege el valor de las mercancías que son transportadas. Esto se refiere a distintos tipos de viajes de diferentes clientes en un plazo de tiempo determinado. Es decir, en lo que dure el transporte de dichas mercancías.
Son múltiples los problemas que pueden surgir durante el transporte de mercancía de distintos clientes, por lo que resulta necesario contar con un resguardo del valor de dicha mercancía. Esto aplica principalmente para mayoristas que suelen ordenar cargas grandes y de un inmenso valor monetario.
Contando con un seguro flotante, casi cualquier inconveniente que pueda dañar o perder la mercancía puede llegar a quedar cubierto.
Al igual que ocurre con otro tipo de pólizas, los seguros flotantes pueden funcionar bajo distintos términos dependiendo de la aseguradora con la que se contrate y el seguro en sí mismo. En muchos casos, las pólizas pueden llegar a ser personalizadas, por lo que todo depende de las condiciones bajo las que se firme.
Características de las pólizas flotantes
Como bien mencionamos anteriormente, las pólizas de seguro flotante pueden variar mucho dependiendo de la aseguradora y la flexibilidad que la misma tenga a la hora de firmar un contrato.
Al poder personalizar la cobertura, es complicado definir las características de este tipo de póliza. Generalmente cubren parcial o totalmente el valor de la mercancía transportada, en caso de accidentes provocados por error humano o por desastres naturales.
Sin embargo, es aquí donde entran las excepciones. Muchas aseguradoras no se hacen cargo de la mercancía que se vea dañada o extraviada a causa de algún fenómeno natural.
Para traer un ejemplo de pólizas flotantes y su cobertura, podemos señalar que algunas aseguradoras de transporte marítimo no cubren la mercancía perdida por caída al agua. Todo dependerá de los términos y las condiciones que acuerden tanto la aseguradora como el beneficiario.
Lo más común es que estos seguros se contraten viaje a viaje. De esta forma, el beneficiario deberá dar todos los detalles a la aseguradora sobre el trayecto que hará la mercancía, independientemente si será por vía terrestre, aérea o marítima.
Es con base en estos datos que la aseguradora hará su balance de riesgos y negociará la cobertura que se le dará a la mercancía a transportar del beneficiario.
Por lo general, el beneficiario intentará obtener lo que se conoce como una cobertura de todo riesgo. Es decir, que la aseguradora se haga cargo de cualquier daño o pérdida que sufra la mercancía durante el viaje independientemente de qué lo haya causado.
No obstante, dependiendo de las especificaciones del viaje, la aseguradora puede ofrecer la cobertura bajo ciertas condiciones.
Dependiendo de lo que necesite transportar el cliente, también es posible negociar con la aseguradora un seguro adicional para riesgos mucho más específicos.
Un ejemplo de esto puede ser el transporte de una mercancía que debe estar en todo momento refrigerada. Un descontrol de la temperatura no necesariamente tiene que estar ligada al viaje, por lo que puede no estar cubierta en la póliza general.
¿Cómo se solicita una póliza flotante?
Solicitar una póliza de seguro flotante no es para nada complicado. Una vez consigas una buena aseguradora, los pasos a seguir son sencillos.
En primer lugar, es necesario definir si la persona o empresa que se beneficia del seguro será la que envía o la que recibe el producto. En muchos casos se trataría de determinar si corresponde al importador o al exportador. Ya que este tipo de seguros se suelen solicitar para envíos internacionales.
Luego de esto, la persona o empresa a la que le corresponda asegurar la mercancía debe informar a la entidad aseguradora sobre todo lo relacionado con el envío. Es decir, los costos de la mercancía, los tiempos, los puntos por los que se movilizará (incluyendo escalas y estadías en almacenes), medios de transporte, etc.
Luego de esto es que se hará el cálculo de los costos de prima y los costos finales de la carga que se busca asegurar.
Es importante entender que las aseguradoras no cobran de forma distinta dependiendo del valor de la mercancía, de las distancias y del riesgo del viaje. Por ende, estas valoraciones son clave tanto para determinar el coste del seguro como de la cobertura que este ofrecerá.
Ejemplos de póliza flotante
Conseguir buenos ejemplos de seguros flotantes no es complicado. Los concesionarios de coches son algunas de las empresas que suelen recurrir a este tipo de seguros.
Todos hemos visto en algún momento esas grúas que transportan varios coches nuevos, y en ocasiones bastante lujosos. Ahora, imagina que esa grúa sufra un accidente en la vía. Los daños materiales pueden ser exorbitantes.
En este caso un seguro flotante puede ser sumamente útil, ya que se está cubriendo con un seguro una mercancía de valor que está siendo trasladada por la vía terrestre. Muchos concesionarios contratan una póliza flotante, sea que estén comprando o vendiendo dichos vehículos.
Protege tu mercancía
De este modo, queda bastante claro la importancia que tiene para los comerciantes contratar una póliza de seguro flotante. Son muchos los riesgos que conlleva el transporte de la mercancía, y es mejor estar siempre respaldado por una póliza.
En caso de que trabajes con importaciones o exportaciones, los seguros flotantes deben estar siempre en tu consideración a la hora de realizar tus pedidos de envío.
Contar con una póliza de seguro flotante puede evitarte pérdidas catastróficas en caso de que algo salga mal. Los accidentes ocurren, y no sabremos cuándo puede haber un choque en la vía justo en el momento en el que pasaba el camión con tu mercancía. O incluso si se incendia el almacén en el que estaba tu mercancía durante la ruta.
Para estos casos solo podrás estar respaldado con un seguro flotante. Si trabajas con envíos de mercancía, sean para ti o para alguien más, ten siempre en cuenta todas las posibilidades, incluyendo los riesgos.
Ser precavidos puede marcar la diferencia entre perder toda la mercancía y esperar a que tu dinero sea devuelto parcial o totalmente. Invertir en un seguro puede incluso salvar tu negocio, ya que en muchos casos la pérdida de una carga de mercancía puede atentar contra la estabilidad financiera de una empresa.
Contrata una póliza flotante y tendrás ese respaldo que necesitas en caso de que algo salga de manera inesperada durante los envíos, sea cual sea el medio de transporte que utilices. Tenerla es sin duda, una decisión inteligente.