Las deudas son de los principales puntos a tratar en un plan de seguridad financiera. Son un aspecto del que te debes cuidar. Pero ¿habrá situaciones en las que conviene endeudarse?
Por lo general, las deudas son tratadas como uno de los peores enemigos de una persona que busca salud financiera. Sin embargo, hay situaciones en las que las personas se ven en la obligación de endeudarse, o incluso lo buscan voluntariamente. Por esto es importante que sepas todo sobre las deudas, para así definir si te conviene o no tomarlas.
Antes de tomar una deuda, es importante que sepas qué es exactamente el endeudamiento, así como sus pros y contras. Del mismo modo, es necesario tener claros los tipos de endeudamiento que existen, para que puedas determinar racionalmente si te conviene o no deber dinero.
En principio, cualquier deuda es perjudicial para el plan financiero de cualquier persona. Sin embargo, todos sabemos que las personas adineradas, grandes empresas, o incluso gobiernos adeudan dinero. Por ende, si los más poderosos se endeudan, seguramente es que en algunas circunstancias es beneficioso endeudarse.
Te hablaremos sobre todo lo que tienes que saber sobre las deudas. Con esta información seguramente podrás tomar mejores decisiones.
Consideraciones sobre endeudarse
Una deuda es un compromiso de pago que tiene una persona en un plazo de tiempo determinado con otra persona o empresa. Éstas, por lo general, se asumen luego de recibir algún préstamo, aunque no siempre es el caso.
Las deudas pueden ser formales o informales, ya que no necesariamente tiene que haber un contrato de por medio. Pedirle dinero a un familiar o un amigo es algo que muchos se han visto en la necesidad de hacer en algún momento. En estos casos suele tomarse una deuda sin haber establecido los términos en un instrumento formal.
Por su parte, si el dinero se solicita a una institución, se dejan todos los términos por escrito bajo la firma de las partes. Es decir, el monto a pagar, las cuotas, intereses, plazos, cláusulas, etc.
Las deudas, a su vez, se pueden clasificar en distintos tipos dependiendo cuál sea el destino del dinero solicitado.
En general, las deudas se clasifican en los siguientes tipos:
Deuda por emisor
Son las deudas que se clasifican en base a la persona o ente que otorga el préstamo. En esta clasificación encontramos las siguientes:
1. Deuda pública
Es la deuda que se genera entre el Estado con cualquier inversor, sea nacional o extranjero. Un claro ejemplo son los bonos de la deuda pública.
2. Deuda privada
Es el tipo de deuda que adquiere cualquier persona física y jurídica con particulares o con entes públicos cuando éstos prestan servicios de naturaleza privada. Ejemplo, el impago de algún servicio con una entidad.
Deuda por participantes
De igual manera, las deudas pueden ser clasificadas en base a quiénes son las partes en el préstamo o acuerdo de pago en cuestión. Estas pueden ser:
1. Deuda bancaria
Como su nombre lo dice claramente, es la deuda que contrae una persona o una empresa con una entidad bancaria.
2. Deuda corporativa
Al igual que ocurre con los bancos, entidades financieras, crediticias y no financieras, pueden emitir préstamos.
Deuda por objetivos
La clasificación de las deudas en base a sus objetivos es probablemente la más común de todas. En este tipo de deuda encontramos las:
1. Deuda por consumo
La mayoría de personas decide endeudarse para hacerse con un bien, sea con un préstamo del banco para comprar una propiedad o simplemente un pago en cuotas con una tienda. En palabras simples, es todo compromiso de pago que se contrae para la adquisición de un bien o servicio.
En este apartado también se clasifican las compras por medio de tarjetas de crédito, que no son más que préstamos del banco sujetos a una tasa de interés.
2. Deudas de inversión
En este tipo de deudas entran todos los compromisos financieros que se contraen con el fin de invertir el monto recibido a préstamo. La idea, lógicamente, es generar ingresos con dicho capital, de modo que se pague la deuda y genere ganancias.
A diferencia de la deuda por consumo, este tipo de deuda tiene como fin último generar un rendimiento financiero, más que cubrir una necesidad o deseo.
3. Deudas de subsistencia
No todas las deudas se adquieren por deseo de la persona. En muchos casos, son necesidades de subsistencia las que llevan a alguien a endeudarse. Las deudas de subsistencia son las que se adquieren para pagar otros compromisos o para solventar una necesidad básica.
En estos casos, los préstamos suelen tener tasas de interés o comisiones realmente altas.
4. Deuda hormiga
La deuda hormiga es quizá la que más afecta a las personas, dado que toma a todos desprevenidos. El término ‘deuda hormiga’ se refiere al compromiso de pago que se contrae al unir distintas adquisiciones que parecen insignificantes, pero que al sumarse pueden llegar a tener un inmenso impacto.
Acá entran todos esos pequeños préstamos que pedimos a amigos y familiares, y pequeños gastos que hacemos con tarjetas de crédito. En un principio, parecen no tener un efecto significativo en nuestras finanzas, hasta que se suman y terminan representando una afectación financiera realmente grande.
¿Conviene endeudarse?
Ya conociendo qué son las deudas y qué tipos de deudas existen, surge la gran pregunta sobre si es conveniente o no endeudarse. La respuesta a esta pregunta es bastante complicada, ya que no siempre la deuda responde a un deseo.
Como ya mencionamos anteriormente, una deuda puede ser generada a raíz de un momento de necesidad, o incluso a causa de un imprevisto.
Un problema de salud, un accidente de tránsito y muchas situaciones extremas no son planeadas, y suelen requerir de grandes sumas de dinero de un momento para otro. Es en estos escenarios que las personas agotan sus ahorros, venden pertenencias, y piden préstamos.
Dicho esto, dejamos a un lado las situaciones en las que son pocas las opciones con las que cuenta la persona. Partiendo de que el individuo se debate sobre si contraer o no una deuda por decisión propia, hay varias cosas que deben ser tomadas en cuenta antes de solicitar un préstamo. Te las contamos:
Endeudarse debe ser el último recurso
Los planes de seguridad financiera tienen como claro objetivo el ahorro y la inversión como principales medios para lograr la independencia y libertad financiera. Las deudas son todo lo contrario.
Siempre es necesario tener claro que una deuda representa una disminución de tu poder adquisitivo. Esto dado que, además de tener que devolver el dinero que se te fue otorgado a préstamo, generalmente te sumará tasas de interés. Por ende, tendrás un compromiso de pago de mayor valor que el recibido a cambio de la inmediatez del monto solicitado.
En principio, una persona debe gastar únicamente el dinero que dispone para mantener su seguridad financiera. Sin embargo, dado que las deudas son algo a lo que nos tenemos que enfrentar en algún momento, es necesario saber cuál es nuestra capacidad de endeudamiento.
Capacidad de endeudamiento
Como su nombre lo dice claramente, toda persona, dentro de su presupuesto, tiene límites. Por ende, cada persona debe tener claro cuánto dinero puede gastar en un período de tiempo determinado. Esto debe ser así independientemente de cuál sea su propósito.
Cuando se asumen deudas se fijan los pagos por cuotas del monto final más las tasas de interés. Ese monto debe ser asumido en plazos de tiempo determinados (generalmente, mes a mes). Por esto, este monto de pago debe entrar dentro de tu estructura de costos mensuales.
Es indispensable que, bajo ningún concepto, comprometas tu presupuesto mensual para tomar una deuda. Claramente, esto no aplica para deudas contraídas en casos de máxima emergencia, que hemos dejado claro que son situaciones que pueden suceder y no están bajo nuestro control.
Muchos especialistas en materia financiera recomiendan que, de decidir endeudarse, la persona no debe comprometer más del 40% de sus ingresos mensuales para cumplir con obligaciones de pago.
En este sentido podemos concluir que conviene endeudarse siempre y cuando la persona esté en capacidad de cumplir con los compromisos de pago. Además, también es necesario contemplar si realmente vale la pena asumir dicho compromiso financiero, ya que muchos toman deudas para cubrir gastos que no son necesarios.
Gastos convencionales
Una de las reglas respecto a las deudas es que nunca debes tomar deudas para gastos convencionales. Es decir, servicios como agua, electricidad o Internet, así como compras como alimentos o los pagos de matrículas educativas.
Este tipo de gastos deben estar cubiertos con los ingresos mensuales de una persona. En el caso de que dichos ingresos no alcancen para cubrir esos gastos básicos, mucho menos se podrá hacer frente a las deudas. Por ende, si este es el escenario, es necesario replantear toda la planificación financiera.
Quizá un préstamo pueda ayudarte a salir de los compromisos inmediatos, pero comprometerás aún más tus finanzas a mediano o largo plazo. Es importante que siempre mantengas en equilibrio el nivel de necesidad del objetivo del préstamo, en relación a la capacidad de endeudamiento de la persona en cuestión.
Inflación
Un escenario particular que debe ser evaluado es lo qué sucede con las deudas en caso de países con altos niveles de inflación. En estos casos el dinero se devalúa con cierta rapidez, por lo que los plazos largos de pago pueden convertirse en un beneficio.
Es decir, el valor del monto acordado para el préstamo en un principio será inferior al que retornes incluso con tasas de interés en base a cuál sea el porcentaje de inflación del país respectivo.
Lógicamente, al no ser un buen negocio para bancos o entidades financieras, los préstamos son poco ofrecidos cuando la inflación es alta. Lógicamente, las instituciones no se disponen a perder dinero. Sin embargo, los pagos con tarjetas de crédito o las compras por cuotas pueden ser rentables tomando en cuenta cuánto se devalúa la moneda local en el plazo de pago.
Un buen medidor es calcular los precios al cambio en una moneda estable, como por ejemplo, el dólar. En países inflacionarios, se puede calcular el equivalente en dólares del monto al momento de recibirlo, y del mismo monto a la hora de saldarlo. En ocasiones, la diferencia puede llegar a ser enorme.
Sin embargo, estas son brechas en el sistema financiero producto de catástrofes económicas que muy pocos países en la actualidad atraviesan. Para el 2021, países como Venezuela y Argentina se encuentran en el tope de los listados de países con mayor inflación en el mundo, dadas sus respectivas crisis económicas.
Dejando a un lado estos casos puntuales, así como de otros países en Asia, África y Europa Oriental, la inflación media suele estar alrededor de un 3% anual. Por ende, no es un factor que vaya a influir en el valor real de los montos acordados independientemente de los plazos.
Piénsalo bien
Teniendo en cuenta todo lo anterior, puedes ser más racional al pensar qué tan perjudiciales pueden ser las deudas y cuándo convendría tomarlas.
Siempre hay que recalcar que antes de tomar una deuda, evalúes cuidadosamente la situación y determines si aquello que piensas pagar con dicho préstamo valdrá la pena.
A su vez, es crucial que calcules si el pago de las cuotas de devolución del dinero se ajustan a tu presupuesto mensual. Para esto debes tomar en cuenta tus ingresos y todos tus gastos. Si aún no lo tienes establecido, es hora que aprendas a hacer un presupuesto personal.
También es importante que estudies detenidamente cuáles son las condiciones de los préstamos. En caso de que acudas a un banco o entidad financiera, lee bien los términos del préstamo, ya que los plazos y tasas de interés varían dependiendo de muchos factores. La entidad en sí, el monto solicitado, el destino del mismo, los plazos. Todos estos factores pueden influir.
En caso de que las tasas de interés sean demasiado altas, es recomendable replantearse si se necesita realmente el dinero o si resulta rentable. También es recomendable acudir a varios posibles entes prestamistas en busca del mejor trato.
Sea cual sea la situación, evita las deudas en la medida de lo posible. Pero, si decides endeudarte, hazlo de manera inteligente. Elabora un plan de modo que la deuda no atente contra tus finanzas personales y puedas cumplir correctamente con los plazos. Ten en cuenta que endeudarse debe ser un acto planificado y racional, para que no se salga de control.