Conocer bien lo que es empleabilidad te hará más competitivo en el mercado laboral y elevará tu confianza para emprender nuevos retos
La empleabilidad es tan importante como el empleo mismo o como los conocimientos profesionales que te brinda la educación. El éxito laboral en nuestros días está fuertemente relacionado con los factores de empleabilidad.
Por ello es necesario conocer bien sus principales características. A mayor empleabilidad, mayor es la probabilidad de que logres triunfar sostenidamente en tu campo de conocimiento o en tu espacio laboral.
No existe una definición exacta acerca de lo que es empleabilidad. En realidad se trata de una idea, de un concepto en plena evolución y en constante revisión en el ámbito laboral. Ello se debe a que la empleabilidad es un término que se puede asociar a diversos campos de conocimiento. La Economía, la Psicología, la Sociología, la Educación y el Derecho, para mencionar solo algunas, son las ciencias que ofrecen teorías para explicar dicho término.
Es un concepto híbrido por ser aplicable a una variedad de sujetos o situaciones, y susceptible de ser explicado al mismo tiempo desde diversas ópticas. Así, la empleabilidad se asocia a los individuos y sus estrategias laborales. Pero también al mercado laboral y a los empleadores. Puede ser analizado desde una perspectiva individual, pero también de forma colectiva y corporativa. Veamos, entonces, de qué se trata exactamente.
¿Qué es la empleabilidad?
Comenzaremos aproximándonos al término desde una perspectiva individualista. Así, la empleabilidad lleva implícita una condición que se puede desarrollar y fortalecer: la de ser empleable. Esta condición habla -a su vez- de la capacidad individual de las personas.
Mientras más elementos de empleabilidad tenga una persona, mayores serán sus oportunidades. Oportunidades de resultar favorecida para un empleo, ascenso o cambio positivo en su hábitat laboral.
Destrezas y habilidades, conocimientos específicos y, aptitudes individuales, conforman el compendio ideal de la empleabilidad de cualquier persona. Ya no basta con tener titulación universitaria. No es suficiente ser profesional y tener conocimientos generales en un área determinada. Es necesario, además, sobresalir en el plano extracurricular y multifuncional.
La empleabilidad es un proceso dinámico de construcción de capacidades individuales que te preparan mejor para el desempeño laboral. Ello te permite resolver problemas más fácilmente. Relacionarte mejor con tus compañeros de trabajo. Trabajar en equipo eficientemente. Tomar las mejores decisiones. En fin, empoderarte en tu empleo.
La empleabilidad habla de tus cualidades personales y comportamiento general. De tus hábitos y tus actitudes en el contexto de una relación laboral con otras personas. Todo esto determina o proyecta en buena medida lo que será tu desempeño laboral y hasta tu éxito profesional. Por eso los empleadores estudian bien tu empleabilidad, a la par de tus conocimientos especializados o profesionales en áreas concretas.
Las exigencias de la vida moderna, los avances tecnológicos, la globalización del mercado laboral y de los procesos productivos han impulsado la competitividad mundial. A las personas sólo les queda adaptarse a esa realidad y ser más competitivos en lo que hacen o conocen. Y hacia allá es que apunta el desarrollo de la empleabilidad de las personas.
¿Qué habilidades necesitas desarrollar para la empleabilidad?
Las habilidades que se desarrollan como parte de la empleabilidad también se conocen como habilidades blandas (soft skills, en inglés). Se diferencian así, de aquellas habilidades o conocimientos duros, propios de la titulación, profesionalidad o especialidad adquirida con la educación formal en escuelas, universidades, etc.
Los factores de la empleabilidad son diversos y se pueden dividir en tantas categorías como necesidades laborales existan. De tal manera que se puede hablar de habilidades operativas tales como destrezas interpersonales, comunicacionales, fundacionales, de equipo, o pensamiento crítico y solución de problemas.
Cuando se eleva el nivel representativo laboral se puede hablar también de las habilidades específicas que se requieren para los cargos de dirección o gerenciales. Entre ellas las habilidades supervisoras o de formación, así como las de liderazgo y gerencia eficiente.
Ejemplos de empleabilidad
Desglosemos algunas de estas categorías. En el área operativa, por ejemplo, cuando hablamos de destrezas fundacionales hacemos referencia a las más básicas que deben tener los empleados. Ser organizados, puntuales, perseverantes, respetuosos, cumplidos, preocupados por su higiene y presentación personales, de actitud positiva, etc.
Muchos tienden a olvidar o descuidar estos códigos elementales, al punto de poner en peligro sus empleos por esa causa. Siempre se puede trabajar en ellos para mejorarlos.
Entre las destrezas comunicacionales destacarían el conocimiento y uso apropiado de nuevas tecnologías. Expresar de forma clara y concisa las ideas tanto verbalmente como por escrito. Saber escuchar, entender y hacer preguntas cuando sea necesario. Seguir instrucciones adecuadamente, etc.
Por pensamiento crítico y pro-soluciones se entienden las habilidades que permiten la adaptabilidad a los cambios; al inicio, paralización o instrumentación de actividades sin complicaciones. Cuando las preguntas fluyen naturalmente para hacer un mejor trabajo. Cuando se trabaja en ambientes estresantes o bajo presión y el resultado es satisfactorio.
O en materia de liderazgo y gerencia, la capacidad para orientar y enseñar a otros (Coaching y mentorías). Facilidad para simplificar procesos. Competencias administrativas y financieras. Manejo adecuado de riesgos. Capacidad de negociación. Planificación estratégica y operativa.
Cada categoría y/o nivel de empleo tiene sus propias exigencias y requerimientos. Tanto de conocimientos profesionales específicos, como de habilidades, destrezas y aptitudes particulares que se insertan dentro de lo que se conoce entonces como empleabilidad.
¿Cuáles son los componentes de la empleabilidad?
La empleabilidad no depende solamente de las razones o motivaciones individuales de las personas en relación con su situación laboral. Ello responde también a factores externos y estructurales del mercado laboral, de políticas laborales o empresariales implementadas, y otros factores que escapan al control individual. Se trata, repetimos, de un proceso. No de una actividad única o puntual.
Si las condiciones laborales cambian, la empleabilidad se verá afectada. En el caso de las políticas de empleo, si estas lo sugieren o exigen, la empleabilidad se verá transformada. Si la tecnología introduce cambios sustanciales en los procesos productivos, la empleabilidad cambia. De todo esto se colige que la empleabilidad es un concepto dinámico y evolutivo. Su principal característica es la flexibilidad para adaptarse en cualquier momento a situaciones o exigencias nuevas.
Pero, independientemente de esta elasticidad conceptual, la empleabilidad tendrá siempre al menos tres componentes. Estos son, de acuerdo con el autor Hofaidhllaoui (2009), el biográfico, el proyectivo y el diferencial.
Para este autor, el componente biográfico se refleja en el currículum vitae y la trayectoria laboral del trabajador. El componente proyectivo sería el que se refiere a las habilidades y destrezas adquiridas con la experiencia. Y, el componente diferencial, sería el que compara las empleabilidades de diversos trabajadores, tras lo cual se favorece a los mejor equipados.
Todo proceso de evaluación para el ingreso, ascenso o mejora en el ámbito laboral toma indefectiblemente en cuenta estos componentes. Y es de allí que surgen las decisiones que los trabajadores o aspirantes luego conocen de manera formal.
¿Qué tipos de empleabilidad hay?
El estudio científico de la empleabilidad ha surgido básicamente en el contexto de dos corrientes de pensamiento. Por una parte, la desarrollada en las escuelas de pensamiento de Estados Unidos y el Reino Unido. Las cuales están centradas en la personalidad y las aptitudes de los individuos. Y por otro lado, la visión francesa, con una aproximación colectivista del término.
De ellas ha surgido una tipología ampliamente aceptada sobre la empleabilidad:
Empleabilidad inicial
Siguiendo la escuela francesa del pensamiento, está relacionada con la transición entre la escolaridad o entrenamiento formal, y el primer trabajo. Es una etapa en la que tanto aspirantes, empleados y empleadores deben cooperar para que las destrezas y comportamientos laborales afloren y puedan desarrollarse progresivamente.
Empleabilidad interna
Referida a la capacidad del trabajador para escalar o mejorar posiciones dentro de su actual empleo o esquema empresarial. Normalmente se trata de nuevas posiciones de poder o responsabilidad en una empresa o sector laboral. A esto se le conoce también como hacer carrera profesional en dicho sector.
La adaptabilidad dentro de los límites de la compañía o el trabajo es lo que caracteriza a este tipo de destrezas y aptitudes. El empleado se desempeña perfectamente en los términos requeridos por su empleador, de manera que mantiene su trabajo y escala posiciones gracias a ello.
Empleabilidad externa
Relativa a la capacidad de cambiar de empleo. Aun tomando en cuenta la diversidad de niveles y exigencias que se deban sortear entre los varios empleadores o sectores laborales. Esto habla realmente bien de la preparación integral y nivel competitivo del individuo en busca de mejores opciones laborales.
Las destrezas, habilidades, aptitudes o comportamientos del trabajador resaltan de tal manera que son capaces de impulsarlo fuera de sus actuales límites laborales. Su versatilidad le permite ampliar sus horizontes y posibilidades laborales más allá de su propia compañía u organización laboral.
¿Cuál es la diferencia entre empleo y empleabilidad?
El empleo es la relación que existe entre un trabajador y su empleador para generar resultados en beneficio de éste, mediante el esfuerzo del primero. Todo a cambio de una remuneración mutuamente acordada.
Ahora bien, para la realización de ese trabajo remunerado, el trabajador necesita tener unas competencias y capacidades concretas. Y a esto último es a lo que se le conoce entonces como empleabilidad.
La diferencia estriba en el hecho de que el empleo es la actividad que se despliega para obtener el resultado. Mientras que, la empleabilidad por su parte, representa la preparación, las cualidades y aptitudes personales del trabajador para realizar dicha actividad.
La empleabilidad no se reduce a la adquisición y desarrollo extra de habilidades y aptitudes individuales con miras a conseguir un empleo. O para mantenerse en él, lograr ascensos y condiciones más favorables. Es mucho más que eso. Tiene relación con (además de fuerte impacto en) la educación, la evolución social o el desarrollo mismo del Estado, entre otras áreas de interés.
Empleo y empleabilidad hacen parte, pues, de un proceso de retroalimentación en el contexto social. Se influyen y se refuerzan mutuamente.
¿Qué importancia tiene la empleabilidad?
La empleabilidad beneficia no sólo al individuo que exhibe y despliega en la práctica una serie de condiciones y aptitudes deseables para el mercado laboral. Beneficia también a la organización, institución o ámbito de trabajo en el que dicho individuo se inserta con tan positivas cualidades.
Y como resultado de un mejor desempeño laboral así como de una mejor o más productiva gestión gerencial, la comunidad también resulta beneficiada. Por este motivo, la empleabilidad es objeto de estudio de varias disciplinas científicas. Se estudia como fenómeno atribuible a un individuo en particular, pero también como hecho social, corporativo y colectivo que genera beneficios compartidos.
Los factores de empleabilidad han influido significativamente en el desarrollo tecnológico, la competitividad global, la alta calidad de productos y servicios, entre otros avances.
La ciencia gerencial se apoya en este concepto desde una perspectiva corporativista. Desde el campo de la administración empresarial se le estudia como herramienta aplicada colectivamente.
Todos estos aspectos revelan sin duda, cuál es la importancia de la empleabilidad. Pero es el enfoque individualista el que realmente nos da idea de cuán importante es este proceso para los trabajadores. El estar consciente de su importancia te ayudará a potenciar tus capacidades para el empleo. Y para un mejor futuro, anclado en tu esfuerzo.
La empleabilidad no sólo sirve para encontrar un empleo, sino también para mantenerlo. En un mundo cada vez más competitivo no te puedes dar el lujo de posponer tu mejor preparación en campos que así lo requieran. Nuevas y mejores oportunidades se abrirán ante ti en función de tu empleabilidad. Es por ello que debes potenciar constantemente tu talento y capacidades funcionales, más allá de tus formales conocimientos profesionales.
¿Cómo lograr la empleabilidad?
Investiga el mercado laboral que te interesa. Averigua cuáles son las últimas tendencias y las exigencias actuales para sus empleados. Compara tu preparación, tus capacidades y destrezas con las que se exigen en el mercado laboral.
Elabora una lista de las cualidades, hábitos y aptitudes más solicitadas por los empleadores en áreas laborales específicas. Evalúa conscientemente tus limitaciones y potencialidades para el trabajo.
Considera las oportunidades de crecimiento profesional y laboral en un sector o empresa determinada (empleabilidad interna). Contrasta lo anterior con tus posibilidades competitivas y de crecimiento inter-empresarial o inter-sectorial (empleabilidad externa). De esta evaluación podría resultar una visión más clara acerca de tus aspiraciones, motivaciones y capacidades laborales.
Con base en ello, podrías también trabajar en los factores de empleabilidad que necesitas fortalecer prioritariamente. Estarás siguiendo así, el camino hacia el conocimiento y desarrollo de todas tus potencialidades.
La empleabilidad es pues, como has podido ver, un proceso de aprendizaje, capacitación y perfeccionamiento de aptitudes y destrezas que debes conocer bien hasta dominarlo. De ello depende en buena medida tu éxito laboral y profesional. ¡Empodérate ahora!